Delhi capital milenaria, posee un alma dividida en donde lo moderno y lo antiguo conviven permanentemente. Su diversidad, es el resultado de una mezcla entre una ciudad cosmopolita y una antigüedad legendaria. No encontrarás una ciudad parecida en ningún otro lugar del mundo; una ciudad capaz de envolverte en su ritmo frenético y a la vez conmoverte al pasar de laberínticas calles, antiguos havelis y coloridos bazares, a imponentes centros comerciales, un moderno sistema de metro y fabulosos sitios para comer haciendo que tu aventura en India se convierta en un verdadero ir y venir en el tiempo.
Antiguos monumentos hacen parte del día a día de Delhi entre los que se destacan el Fuerte Rojo, el Qutub Minar y la tumba de Humayun. A estos verdaderos tesoros históricos, les añades diversidad cultural, gastronómica y arquitectónica y tienes como resultado la receta de una ciudad ideal.
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Los templos y monumentos que se encuentran en Delhi han sido testigos de la rica y compleja historia de India, y sus calles sinuosas han visto la sucesión de poderosas dinastías e imperios desde las antiguas civilizaciones del valle del Indo hasta la Delhi moderna, una capital vibrante que mira hacia el futuro.
Durante el dominio británico, muchos de los jardines, avenidas con árboles y amplias carreteras fueron reemplazados por bungalós en donde actualmente funcionan embajadas y ministerios. Ello explica la diversidad arquitectónica producto de diferentes influencias. Dicho contraste también permea la religión y la cultura. Arte, teatro y conciertos sufis en medio de las ruinas del Nizamuddin o el refinamiento del templo Akshardham contribuyen a conformar un verdadero popurrí cultural.
Si deseas aprovechar al máximo tu estadía puedes empezar por visitar el hermoso Fuerte Rojo o Lal Qila, pieza maestra de la arquitectura mogol con una clara influencia de los estilos persas e islámicos. Luego puedes pasearte por alguna de las animadas calles anexas que llegan a la impresionante mezquita de Jama Masjid, un oasis de serenidad en medio del ritmo frenético de la Antigua Delhi. Una vez allí, aprovecha para visitar la última morada de Gandhi, conocida como el Gandhi Smriti, en donde podrás conocer algunas de las pertenencias de este ilustre personaje o si lo prefieres desplázate hasta la Puerta de India, un arco erigido como homenaje a los soldados caídos en la primera guerra mundial y que recuerda al famoso Arco del Triunfo de París. Pero ninguna visita a Delhi sería completa sin tener la experiencia de subirse a un típico rickshaw y dar una vuelta por las concurridas y caóticas calles del centro!
Un lugar imprescindible por el que debes pasar es el Rashtrapati Bhavan, el Palacio presidencial de la India, una impresionante obra arquitectónica que combina los estilos mogol y europeo ocupando 130 hectáreas en el centro de la ciudad, donde podrás visitar los interiores del palacio, la cúpula que preside el edificio y pasear por sus extensos jardines abiertos en primavera.
Si quieres salir de la ciudad, Delhi cuenta con una excelente conexión de ferrocarriles que te permitirá visitar fácilmente algunas de las ciudades más interesantes del norte de India, entre ellas Agra para ver el Taj Mahal, una de las siete maravillas y fuente de inspiración durante siglos para artistas y arquitectos de todo el mundo.
Otro de los atractivos indiscutibles de Delhi es su gastronomía; desafía tu paladar con una deliciosa samosa o alguno de sus tradicionales platos de curry y panes típicos como el naan, el chapati o el roti. Si quieres refrescarte del intenso calor pide un delicioso lassi de mango. También puedes descansar un poco en Connaught Place y planear mejor tu estadía con un delicioso chai, bebida típica elaborada a base de té y especias, mientras compras algunas de las artesanías locales.
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